
Alabado sea el Señor
Salmos 146
¡Alabado sea el Señor! Que podamos no solo decirlo, sino vivirlo día a día y trasmitir esa vivencia a nuestras generaciones. Si hoy tenemos el privilegio de conocer a Dios y experimentamos su amor en nuestra vida, no podemos evitar alabarle, al menos ese debe ser nuestro estilo de vida. Sea el nombre de Dios bendito por siempre.
Predicador: Alma Oviedo